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Consejos para aprovechar al máximo tus grabaciones (Parte II)

En el post anterior dábamos unos consejos generales, útiles para cualquier músico implicado en una grabación.

Esta vez vamos a ser más específicos. Nos centrarnos en cómo -en nuestra opinión- pueden mejorarse los “tracks” de dos de los instrumentos más importantes: bajo y batería.

Esperamos que os sea útil.

Batería

Grabar bien una batería es todo un arte. Este instrumento es uno de los más delicados, ya que cuenta con un montón de elementos diferentes. Además, cada uno de ellos cubre un rango distinto de frecuencias, que abarcan desde los sub-graves más profundos (cuerpo del bombo), hasta las frecuencias más agudas que podemos oír (el “aire” de los platos).

Por eso creemos que -antes de empezar a grabar- merece la pena esforzarse en que este instrumento suene lo mejor posible. El clásico “ya lo arreglaremos después, en la mezcla” no siempre funciona y, en el mejor de los casos, es mucho más complicado que hacerlo bien desde el principio.

Para conseguir un sonido decente de batería os recomendamos hacer lo siguiente:

Afinar

El primer paso para que una batería suene bien es afinar correctamente los distintos elementos con parches.

Con el paso del tiempo, estos parches tienden a aflojarse haciendo que el bombo, la caja, y los toms suenen “fofos”, poco definidos y/o con resonancias demasiado largas.

Cada uno de estos elementos se afina de forma ligeramente diferente pero -como norma general- hay que apretar los distintos tornillos de tensión del parche, hasta conseguir que esté lo suficientemente tenso. Es importante -además- apretar todos los tornillos por igual, para que la tensión sea homogénea a lo largo de toda la superficie del parche. De lo contrario, el sonido variará dependiendo de la zona concreta en la que golpeemos.

Si queréis más información sobre este asunto, podéis consultar Internet. Allí hay muchos tutoriales en los que se explica paso a paso, cómo afinar tanto el bombo, como la caja y los toms.

Eliminar resonancias demasiado largas

A veces, aunque un elemento con parches esté bien afinado -al golpearlo- alguno de los armónicos generados resuena durante demasiado tiempo (sucede especialmente en los toms). Esto puede ensuciar el sonido del kit de batería, por lo que conviene eliminar estas resonancias.

Para ello, pueden utilizarse productos creados específicamente para ese fin, como el Moongel.

Aunque también existen soluciones caseras: los apagadores hechos recortando el borde de parches viejos o pegar trocitos de cinta americana cerca del borde del parche.

Al igual que en el caso anterior, en Internet existen muchos tutoriales sobre ello.

Tocar equilibrado

Otro aspecto importante para conseguir un buen sonido es que el/la baterista toque de forma equilibrada.

Cuando hablamos de tocar equilibrado nos referimos especialmente a tres cosas:

a) Que la pegada sea constante. Es decir, que los distintos golpes de un mismo elemento (ya sea bombo, caja, o charles) suenen a un volumen similar, razonablemente constante. De lo contario si un golpe suena muy fuerte y el siguiente casi no se percibe, el ritmo perderá consistencia y se “diluirá”;

b) Que los distintos elementos de la batería suenen equilibrados. Es decir que los golpes de los distintos elementos suenen a un volumen nivelado entre sí.

Un defecto muy corriente consiste en golpear el charles y los platos demasiado fuerte, mientras que los golpes de bombo y caja se quedan a un volumen mucho menor. Esto dificultará que, a la hora de mezclar, podamos sacar un sonido de bombo y caja decentes. No olvidemos que, aunque grabemos la batería con diferentes micros, el sonido del charles tiende a colarse por los micros del bombo y -muy especialmente- de la caja. Además, el oído humano es mucho más sensible a las frecuencias fundamentales de los platos, que a las del bombo o caja.

c) Que el volumen sea razonable. Obviamente, el volumen más adecuado depende del estilo que estemos tocando y del tipo de canción. Pero, en general, hay que tener en cuenta que si tocamos demasiado flojo perderemos definición en la pegada y si tocamos demasiado alto, el timbre se “romperá” y sonará sucio, distorsionado. Además, habrá que comprimir en exceso para poder controlar la dinámica y que las pistas sean manejables.

Bajo

A primera vista, el bajo puede parecer un instrumento más sencillo de grabar que la batería, pero también tiene su complicación.

En este caso es recomendable llegar a un equilibrio que nos permita captar correctamente el cuerpo del instrumento (que aparece frecuencias a frecuencias muy graves, de unos 60 -120 Hz) y -al mismo tiempo- evitar que el timbre sea demasiado pastoso u opaco. Esto implica que también tendremos que grabar de forma adecuada los armónicos superiores del instrumento que aportan claridad y definición (aparecen a frecuencias más agudas, aprox. 1Khz -4,5 Khz).

Para ayudaros a obtener mejores resultados, aquí van nuestros consejos:

Grabar por línea y a través del amplificador

Para grabar este instrumento es habitual conectarlo directamente por línea (DI Box) a la consola de grabación, es decir, sin captar el sonido del amplificador de bajo. Con este método de trabajo suele obtenerse un sonido claro y definido, adecuado para captar los armónicos superiores, de los que hablábamos en el apartado anterior.

No obstante, esta pista -por sí sola- no suele tener los graves suficientes para hacer que el bajo suene con peso en la mezcla.

Para conseguir ese cuerpo extra os recomendamos conectar el bajo al amplificador y grabarlo, también, con uno o varios micros.

Revisar la electrónica antes de grabar

Al grabar el bajo por línea (DI Box) suele ser necesario darle mucha ganancia, para que la señal tenga un nivel adecuado.

Esto provoca que -si existe algún fallo en la circuitería del instrumento o no está bien aislada- aparezcan todo tipo de ruidos extraños: interferencias de radio frecuencia, hiss, zumbidos de las pastillas, etc.

La mejor forma de evitar el problema es llevar antes nuestro bajo a un lutier de confianza para que comprueba las soldaduras, los distintos componentes y limpie bien los potenciómetros.

Si el bajo es activo, también conviene cambiar la pila antes de la sesión de grabación.

Cambiar las cuerdas dos días antes

Con el paso del tiempo, las cuerdas se van desgastando. Esto implica que su timbre va perdiendo sonoridad, claridad y definición. Para evitarlo conviene poner cuerdas nuevas un par de días antes de la grabación.

Recomendamos hacerlo 48 horas antes porque las cuerdas necesitan un cierto tiempo para “asentarse” en el instrumento y permitir que éste se pueda afinar con cierta estabilidad.

Revisar la afinación antes de cada toma

El bajo suele remarcar las tónicas de los distintos acordes que soportan -a nivel armónico- una canción. Por eso es especialmente importante que esté correctamente afinado.

La mejorar forma de conseguirlo es utilizar un afinador antes de cada toma.

Para evitar sorpresas, también es recomendable que el afinador que usemos sea el mismo para todos los instrumentos.

Con esto acabamos nuestra sección dedicada al bajo y batería. En el próximo post nos centraremos en otros instrumentos diferentes.

Como ya os dijimos, no existen las verdades absolutas. Afortunadamente, hoy en día hay muchas fuentes de información así que os animo a que seáis curiosos/as, comparéis y saquéis vuestras propias conclusiones.

¡Suerte!

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