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Consejos para aprovechar al máximo tus grabaciones (Parte IV)

Para acabar la serie de posts dedicada a la grabación de instrumentos, en esta última entrega vamos centrarnos en el que -probablemente- sea el más popular de todos ellos: la guitarra.

Empezaremos hablando de guitarras eléctricas y luego pasaremos a las acústicas / españolas.

Como podréis comprobar, muchos consejos valen -tanto para unas- como para otras. Incluso, para otros instrumentos diferentes.

Esperamos que os ayuden.

GUITARRAS ELÉCTRICAS

Usar guitarras de distinto tipo para cada track

En una grabación es muy habitual grabar dos o más líneas de guitarra distintas para un mismo tema. De hecho, las bandas clásicas de rock suelen contar con varios guitarristas en su formación. Lo más frecuente es que sean dos, pero en algunos casos, como en el de los Allman Brothers y otros grupos de rock sureño americano, puede haber hasta tres tocando a la vez.

En otras ocasiones, se suele doblar una misma línea de guitarra varias veces para que suene más contundente.

Esto puede hacer que -al compartir un rango de frecuencias muy similar- las distintas pistas de guitarra se enmascaren entre sí y no se distingan bien unas de otras.

Para resolver este problema es conveniente que cada pista de guitarra esté tocada con una guitarra de un tipo diferente, por ejemplo: que la primera guitarra sea tipo Gisbon les Paul, la segunda tipo Stratocaster y la tercera una guitarra acústica; que la primera sea una Telecaster y la segunda una guitarra de media caja, etc.

También es recomendable elegir un arreglo de guitarras que no esté demasiado recargado y en el que cada línea de guitarra abarque un rango de octavas diferente.

Para conocer más acerca de los distintos tipos de guitarras puedes consultar la primera entrada del blog que trata -precisamente- de este asunto.

Estudiarse los solos

Si te han encargado que grabes algún solo, antes de entrar al estudio, conviene haberse estudiado con calma la armonía sobre la que vas a tener que improvisar. También es recomendable hacerse una “guía” con las notas más importantes que puedes tocar sobre cada acorde e incluso tener algunas frases o licks, de los que echar mano si no se te ocurre nada a la hora de grabar.

Así te ahorrarás tiempo y dinero.

No hay que olvidar que la mayoría de estudios cobra por horas de trabajo (time is money!).

Además, el hecho de tener que entrar a grabar en la “pecera” supone una cierta presión extra, que puede hacer más difícil que te concentres.

Cambiar las cuerdas dos días antes

Al igual que vimos en el caso del bajo, las cuerdas de la guitarra también se van desgastando con el paso del tiempo. Esto provoca que pierdan sonoridad, claridad y definición.

Aunque existen distintas herramientas que permiten mejorar el sonido de una pista ya grabada (ecualización, compresión, excitación aural, etc.), siempre es preferible captarla de la mejor manera posible desde el principio.

De esta forma nos evitamos trabajo innecesario. Además, el resultado final dependerá -en gran medida- de cómo se grabó esa pista inicialmente y no siempre será posible corregir durante la mezcla un sonido mal grabado. No hay que olvidar que, de donde no hay, es muy difícil sacar.

Para conseguir un mejor timbre de guitarra conviene -por tanto- cambiar las cuerdas un par de días antes de la grabación.

Recomendamos hacerlo 48 horas antes porque las cuerdas necesitan un cierto tiempo para “asentarse” en el instrumento y permitir que éste se pueda afinar con cierta estabilidad.

Revisar la afinación antes de cada toma

Este es otro consejo que vimos en un post anterior, pero es completamente aplicable a la guitarra y, en general, a la mayoría de instrumentos.

Es una pena tener que rechazar una toma bien ejecutada porque alguna cuerda suena fuera de tono. Así que ya sabes, revisa tu afinación antes de pulsar “Rec”.

Además, si usamos el mismo afinador para todos los instrumentos, estaremos seguros de que todos ellos están afinados entre sí y no nos llevaremos sorpresas.

GUITARRA ACÚSTICA / CLÁSICA

Cuidado con las respiraciones y otros ruidos

Para grabar guitarras acústicas y clásicas suelen utilizarse micrófonos de condensador, que son mucho más sensibles que los micros dinámicos, utilizados -generalmente- en aplicaciones de directo.

Los micros de condensador consiguen un sonido más fiel y detallado. No obstante, hay que tener cuidado porque esta mayor sensibilidad puede hacer que algunos ruidos no deseados, como las respiraciones, puedan llegar a registrarse.

Si estás tocando sentado (o sentada) sobre un taburete también hay que tener cuidado, pues si te mueves mucho, pueden producirse crujidos audibles.

Grabar también la señal de línea

Como hemos visto, para grabar estas guitarras el timbre captado por los micrófonos de condensador es fundamental.

Las guitarras grabadas por línea normalmente suenan bastante “nasales” y, por si solas, no suelen reproducir el sonido del instrumento de una forma satisfactoria.

No obstante, si la guitarra tiene un previo de una calidad aceptable, también conviene grabar su señal de línea a través de una caja de inyección (DI Box). De esta forma tendremos más opciones a la hora de mezclar.

Además -en algunos casos- al combinar sutilmente el sonido de “línea” con los tracks captados por los micros de condensador, puede conseguirse un timbre más rico, con un mayor contenido en frecuencias medias.

Eso es todo por el momento, ¡hasta el próximo post!

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